El término
tecnología se remonta a la prehistoria dado que cuando hablamos de tecnología
nos estamos refiriendo al conjunto de conocimientos que se ponen en práctica
para mejorar la calidad de vida de una sociedad. Seguramente te estés
preguntando qué relación tiene con la prehistoria, pero si nos ponemos a hacer
memoria veremos que nuestros antepasados desarrollaron herramientas primitivas
para poder realizar determinadas acciones, siendo una de las más
representativas la de la caza. Precisamente aquí podemos hablar de tecnología,
porque estos primeros hombres fabricaron armas para poder cazar a sus presas,
facilitando así este trabajo. De hecho, este tipo de tecnología primaria recoge
todas las funciones que en la actualidad se le otorgan a esta ciencia, puesto
que ante un problema que se planteaba se dio una solución rápida que además
mejoraba la vida de las personas, consiguiendo un entorno más cómodo y
facilitando este tipo de trabajo. Aunque esta es la función principal que tiene
la tecnología y que se ha ido puliendo a lo largo de los años y evolucionando
en las diferentes épocas que se han ido sucediendo, también tenemos que decir
que la tecnología ha ido adoptando otras funciones.
Así, ahora no solo se
utiliza para mejorar, sino que también influyen en este sentido el aspecto
estético o el de la simbología. Lo que queremos decir con esto es que la
tecnología también puede tener una función estética. Es decir, se utilizan las
técnicas o herramientas que se han desarrollado para dotar de una mayor belleza
a los objetos, simplemente para que resulten más atractivos y llamen la
atención de la sociedad. Esta función es muy utilizada por las empresas que
ofrecen los mismos productos para así poder captar un mayor número de clientes.
Por poner un ejemplo, esto suele ocurrir mucho en el sector textil, donde la
ropa es uno de los artículos más representativos. También tenemos que incidir
en la función simbólica de la tecnología relacionada con los términos de poder.
En este caso, las técnicas y herramientas se han utilizado para elaborar
objetos majestuosos que dotan a las personas de un estatus social más alto.
En
este caso, tenemos un amplio abanico que podemos poner como ejemplo, desde una
simple joya, hasta un palacete o un rascacielos, en los casos más modernos. Y
finalmente, no podemos hablar de las funciones de la tecnología si no nombramos
las nuevas tendencias, donde el conjunto de técnicas y herramientas han
evolucionado para adaptarse a las necesidades que presenta la sociedad actual y
mejorar los servicios. La informática abandera esta serie de cambios de manera
que la vida de las personas es cada vez más cómoda y satisfactoria,
apreciándose que la tecnología no deja de evolucionar y de mejorar con el paso
de los años.